lunes, 12 de enero de 2009

HOMERO

Mucha oscuridad hay sobre su vida, por tanta fama y leyenda. Es difícil deslindar el personaje y el individuo. HOMERO vivió alrededor del 850 a. de C., en el entorno jonio, una de las regiones griegas de la antigüedad, que hoy pertenece a Turquía.
No cabe exageración al ponderar la fama de HOMERO. Fue agrandándose con el paso de los siglos de modo que los tenidos por sabios en la Grecia del siglo IV le consideraron autoridad incontestable, fuente de sabiduría. Incluso, en la isla de Quíos, frente a las costas de Jonia y uno de los lugares que pide para sí la gloria de ser cuna de Homero, hubo una familia de rapsodas que con el nombre de “homéridas” se consideraron descendientes del poeta, y constituyeron un gremio de transmisores de sus textos.

Junto a Zeus, en la sala de oro, los dioses sentados,
celebran consejo, y el néctar servíales Hebe
la augustísima, y ellos alzaban sus copas de oro
y sus ojos, en tanto, miraban la villa de Troya.


Y de pronto el Cronida intentó que Hera se sulfurase:
-¡Desdichada! ¿Qué graves ofensas causáronte Príamo
y sus hijos, que con tanta ira te obstinas, queriendo
derruir el alcázar de Ilión, la tan bien construida?
Si cruzaras las puertas de sus elevadas murallas
y a los hijos de Príamo vivos comieras, y a Príamo
y a los teucros, tal vez de este modo calmases tu ira.

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