lunes, 27 de octubre de 2008

PTAHHOTEP

Gran visir del faraón Isirá, octavo de la V dinastía. Vivió entre 2450 y 2350 a de C. Debe su fama -y el mérito de estar aquí- al hecho de ser autor de un compendio de máximas o "instrucciones" que fueron inspiración para los tratados de conducta egipcios a través de los siglos.



Lo que ama el dios es que se haga justicia (Ma'at).
Lo que el dios detesta es la parcialidad.
He aquí la doctrina.




Ma'at es buena y su valor es duradero,
es como un camino recto delante del hombre,
que nada sabe;
la aventura del mal no ha conducido nunca a ningún puerto.




No seas orgulloso de lo que sabes
y no te fíes por el hecho de que tú seas un hombre sabio.
Toma consejo del ignorante como del sabio,
puesto que los límites de la ciencia no pueden ser alcanzados.
Una palabra feliz se halla más escondida que la preciosa piedra verde
y se puede encontrar junto a los siervos inclinados sobre la piedra de molino.




Si te has convertido en un gran hombre después de haber sido pequeño,
si has conseguido riquezas tras haber conocido la necesidad en la ciudad,
no te olvides de los tiempos antiguos.
No seas avaro con tus riquezas,
que te han venido como un don del dios.


Si quieres mantener la amistad en una casa que visites a menudo,
sea de tu amo, de tu hermano o de tu amigo,
cuida de no acercarte a las mujeres.
El lugar donde están ellas no es bueno para ti.
Por su causa van miles a la perdición.
Los hombres se vuelven locos por sus caras brillantes maquilladas,
pero después se descoloran
y su rostro adquiere el tinte de la piedra pómez.
El placer dura un instante,
es como un sueño, y la muerte viene al final.


Cásate mientras eres joven,
a fin de que ella pueda darte hijos,
pues un hombre es considerado en proporción al número de sus hijos.
Los hijos son un bastón para los ancianos.
Funda un hogar y ama a tu mujer,
como es conveniente,
aliméntala,
vístela,
su perfume es un remedio para tu cuerpo.
Haz que su corazón se alegre tanto cuanto ella viva;
ella es un campo fértil para su señor.